Juicio contra un sargento del Ejército Argentino por amenazas a dos ex soldadas voluntarias

El imputado se desempeña como Sargento Ayudante de la Batería Comando y Servicio del Grupo de Artillería Blindado 9, en la Guarnición Militar de Sarmiento.

miércoles, 14 de septiembre de 2022 - 7:46

En la sala de audiencias de la oficina judicial se desarrolla un juicio oral y público contra el sargento ayudante Pablo Ernesto Franco (46), imputado por la fiscalía como presunto autor del delito de amenazas coactivas agravadas. La fiscalía, lo acuso a raíz de la denuncia de dos mujeres- ex soldadas voluntarias- quienes sospechan que el imputado utilizó cartas anónimas y redes sociales, para amedrentarlas con el objetivo de que renuncien al Ejército Argentino y abandonen la ciudad. Para las audiencias de debate fueron convocados dieciséis testigos.

“Ji, ji, ji”

En el inicio de la primera audiencia de debate, presidido por el juez Ariel Quiroga, la fiscal Andrea Vázquez, presento su teoría del caso. En, sentido repasó los hechos registrados en la pieza de acusación pública.

La investigadora, recordó que la causa se inició a raíz de la situación ocurrida el 21 de septiembre de 2017, a las 05:00, en el alojamiento femenino, ubicado en la Guarnición Militar de esta localidad. Según los investigadores, en esa oportunidad, el sargento Franco, amedrentó a una soldada voluntaria, que cumplía funciones en la misma batería.

Para la fiscalía, el objetivo del sargento del Ejército Argentino, era lograr que la mujer deje su lugar de trabajo y abandone la ciudad. Asimismo, indicaron que el sospechoso era superior jerárquico de la víctima.

En otro orden, sostienen que para lograr su cometido, Franco, utilizó una carta manuscrita, ocultando su identidad. En esa misiva, el imputado, amenazaba a su subalterna. Algunas frases de la carta expresaban “… vos no aprendes más, me vas a pagar el no haberte ido de Sarmiento….cuídate bien de todo, porque donde te encuentro y te descuides, te hago desaparecer del mapa, ji, ji, ji…”

Este mensaje provoco mucho temor en la víctima. Por ello, efectuó la denuncia correspondiente y puso en conocimiento de la situación a sus superiores.

En este marco, Vázquez, agregó que con su accionar el imputado, no solo logró amedrentarla y causarle temor, sino que, además, la mujer solicitó el traslado de destino, hasta que finalmente pidió la baja de la institución.

Dos días después, un hecho de características similares, se registró en el Comando de la IX Brigada de Infantería, ubicado en la Avenida Rivadavia y calle Mitre de Comodoro Rivadavia.

En esa ocasión, la víctima había sido trasladada a esa dependencia-en forma temporal- a fin de proteger su integridad física, con motivo de las amenazas recibidas por parte del acusado.

En tanto, en la tarde del sábado 23 de septiembre de 2017, a las 17:30, en el estacionamiento de visitas ubicado en la calle Mitre, el imputado dejó un nuevo mensaje manuscrito.

El método elegido fue enganchar un sobre en la compuerta trasera del vehículo de la denunciante.

En este escrito (anónimo), el procesado, expresó nuevas amenazas.  Algunas de las más importantes fueron:”. yo me voy a encargar de que te amargues ahí adentro y la pases muy mal en cualquier lado que te mande ese bigotudo, que se cree general”. Luego agregó “…nadie te cree y nadie se va a preocupar por vos…no vales la pena y ojalá nunca te recibas y te cagues de hambre por covachera, ji, ji, ji.”

En esta línea de investigación, la representante del Ministerio Público Fiscal, afirmó que la víctima tuvo conocimiento del lugar en el que se encontraba la carta, debido que su pareja recibió un mensaje de la red social Facebook. A través del sistema Messenger, una persona- con el perfil social falso bajo el nombre de “Mocha Pocha”-, le refirió donde había dejado ubicado el sobre.

Asimismo, el tercer hecho, ocurrió el 29 de septiembre de 2017. Esta vez, la carta de amenazas, fue hallada en el garaje de la familia de la segunda víctima, que también se desempeñaba como soldada voluntaria en la Guarnición Militar de Sarmiento.

En esta misiva, -entre varios insultos y amenazas- el procesado le habría expresado “…cuídate bien vos y a tus pobres hijitos, ellos no tienen la culpa, pero la madre si…no voy a descansar, ya me saqué de encima a tu amiguita, y con vos va a ser más fácil, porque sé que queres más a tus hijos que a tu trabajo…no me importa que tu papito sea principal…hacemela fácil y ándate de una vez si no queras pasarla mal…” En esta carta, también estaba escrita la onomatopeya “ji,ji,ji” .

Por último, la jefa de fiscales, refirió que la calificación legal de esta caso contra Pablo Franco, es la presunto autor del delito  amenazas coactivas agravadas por ser anónimas y con el propósito de obligar a una persona) a dejar su lugar de trabajo; y por ser anónima y con el propósito de obligar a una persona a dejar su lugar de trabajo y su residencia habitual, dos hechos (tres hechos en concurso real), en carácter de autor material (Artículos 45, 55, 149 ter inciso 1° y 149 ter inciso 2° “b” del Código Penal.

A su turno, el acusado, utilizó su derecho a declarar en esta etapa del proceso. Franco, se refirió a sus circunstancias laborales y a las actividades que realizó durante las fechas en las que habrían ocurrido los hechos.

En tanto, la postura inicial del Ministerio Público de la Defensa, fue expresada por abogado Gustavo Oyarzun. El defensor, consideró que la parte acusadora, no cuenta con el mínimo caudal de evidencias, para lograr probar los hechos que le atribuye a su asistido. En consecuencia, sostuvo que, por la falta de pruebas, al concluir el juicio, corresponde dictar la absolución del acusado.

Testigos. “Ya metí un gol, me faltan dos”

Los testimonios más relevantes de la jornada, correspondieron a las dos ex soldadas voluntarias, que presentaron las denuncias contra su superior jerárquico en el año 2017.

La primera testigo, se presentó mediante el sistema de video conferencia, desde la ciudad de Rawson. En este contexto, la víctima, recordó diversos episodios de amenazas y persecución, que padeció durante ese período en el que se desempeñó laboralmente como soldada en el Grupo de Artillería de Sarmiento.

A ello agregó, que sus sospechas con respecto al imputado, se basaban en la actitud que tomó el sargento Franco, luego que ella presentara las cartas de amenazas ante sus superiores y efectuara la denuncia en una sede judicial. También se refirió a las situaciones de miedo que le provocó la situación. Estos padecimientos la llevaron a tomar la decisión de solicitar la baja del Ejército, afirmó.

Por otra parte, la segunda víctima, se refirió a la carta con amenazas, encontrada por sus padres, en el garaje de la vivienda familiar, y a los mensajes agraviantes que recibió en una red social.

Con respecto a sus sospechas contra el acusado, recordó que una ocasión, el sargento Franco, ingresó a un sector de la dependencia, donde la ex soldada voluntaria se encontraba con una compañera de trabajo. Allí, el imputado manifestó “…que bueno, ya metí un gol, ahora me faltan dos”.

En este contexto, la testigo, interpretó que el acusado se refería a su ex compañera de trabajo, quien había sido trasladada al Comando de la IX Brigada de Infantería de Comodoro Rivadavia, por el temor que le habían generado las cartas con amenazas recibidas los días previos.

Por último, se informó que mañana desde las 08:00, continua la ronda de testigos.

 

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