En 2016 Higui (Eva Analía De Jesús) fue acusada de homicidio por defenderse de una violación. Se acerca el juicio en el que tendrá que declarar ante las instituciones que han ejercido violencia sistemática contra ella. A pocos días del 7M, el día de la visibilidad lésbica, el movimiento lgbt y los feminismos populares reclaman su absolución.
viernes, 4 de marzo de 2022 - 9:10El 15 de marzo, Higui (Eva Analía De Jesús, nacida en Haedo el 7 de junio de 1974) estará en el banquillo de los acusados en el Tribunal Oral en lo Criminal Número 7 de San Martín, adonde la llevarán imputada por “homicidio simple” por defenderse de un grupo de hombres que intentó violarla para “sacarle lo lesbiana”.
Según publica Página 12, amplios sectores del movimiento lgtb+ y de disidencia sexual y diversidad, feminismos populares e interseccionales, transfeminismos y agrupaciones de futbolistas se organizan para acompañar este juicio, que será histórico, de manera presencial y a través de las redes sociales bajo la consigna “Absolución para Higui”.
EL HECHO
El Día de la Madre de 2016 (16 de octubre), Higui fue a visitar a su hermana Mariana en Lomas de Mariló (Bella Vista). Reunidas alrededor de la mesa familiar pasaron la tarde comiendo y tomando cerveza. Higui se despide y, para salir a la calle, debe atravesar un pasillo entre dos viviendas. Allí se cruza sola con un grupo de hombres. Se sorprende de ver a uno de ellos, porque sabía que tiempo atrás lo habían echado del barrio.
No alcanzó a salir de la sorpresa cuando la atacaron en conjunto. Al menos uno de ellos la empujó y se le tiró encima, le bajó el pantalón y le rompió el bóxer, mientras entre todos la molían a golpes y patadas. Higui ya no podía ver bien, porque se tapaba la cara para protegerse de los golpes. Por eso no puede precisar cuántos hombres le desgarraron el bóxer y cuántos siguieron atacándola.
En medio de la golpiza, uno de los hombres le anunció “te voy a hacer sentir mujer, forra lesbiana”. Es lo que se llama “violación correctiva”. Se sostiene que todas las violaciones lo son. Pero es para debatir. Porque a una mujer cisgénero heterosexual, el violador intenta corregirle su manera de ser mujer, pero no intenta “sacarle la heterosexualidad”.
LEGITIMA DEFENSA
Higui no hubiera podido salir con vida del ataque de estos hombres de no llevar en el corpiño su herramienta de trabajo, un cuchillo de jardinería. El típico cuchillo pequeño que usan las mujeres para cortar los yuyos de la vereda en todos los barrios del país.
En una defensa legítima y proporcionada, Higui le tiró un puntazo a uno de los agresores para sacárselo de encima. Una lesbiana de 1,50 de estatura se defendió contra un grupo de hombres que la empujaron al suelo para poder destruirla a su antojo. Higui quedó desmayada en el lugar hasta que la despertó la linterna de la policía. “¿Quién te va a querer violar a vos, negra gorda?”, se burlaban los de uniforme. De un momento a otro estaba aturdida de dolor y despojada de toda dignidad en un calabozo de Bella Vista. Acusada de homicidio. Aunque ni siquiera se lo habían informado.
No sabía que el agresor estaba muerto. Higui estuvo varios días en un calabozo sin saber de qué se la acusaba, conmocionada por los golpes y sin atención médica, sin tener idea de qué funcionarios la entrevistaron. A los únicos que distinguía por su oficio era a los policías. A quien le preguntara, le contaba lo que le había pasado. La investigación se llevó a cabo sin perspectiva de género. En el Departamento Judicial de San Martín los casos de violencia de género se llevan junto con los demás delitos.